
Se sacuden rodeándome, una inmensa y risueña fiesta de alas, alas que flotan, se empinan y se lanzan en picadas, alas torpes recién nacidas y otras fuertes de viejos y sabidos vuelos.
Alas que caen y se alzan, alas de cada uno de estos espíritus, conocidos y desconocidos, frutos de la misma primera piel, hijos de hijos de la misma sabia fuente, de la misma clara y limpia fuente. Espíritus que bailan atraídos y bendecidos por la misma fuerza madre, una fuerza que crea milagros desde su sencilla bondad.

Me zambullo agradecida en esta fiesta de espíritus, en este baile centenario, donde todos y cada uno, (y estoy tan segura de ello), lleva consigo, por lo menos una hebra, de este alucinante tejido de años, de vidas y de amor….
Este tejido de donde seguiremos abrigados, y abrigando…. y donde estan guardadas (y esperando) las respuestas de nuestra propia

historia.
"...Como intentar hallar la llave de tu voz en los dominios de un secreto..."
Fotos: Dario Perez, casa de los abuelos en Gaete, donde vivimos la primera infancia.