sábado, 29 de mayo de 2010

Peces de Ciudad?

Y puedo, como he podido siempre, entrar en mis sueños, me dejo llevar por la oscura noche, por la fría ruta de un motor sobre el mar, puedo volver, volver repetidamente, a ser parte de ese oscuro silencio, intimo torrente de infinito, de sus aguas ronroneantes, de un canto marino trasnochado, puntual y ebrio… , puedo volver arbitrariamente a flotar en esas respetuosas órbitas de navegantes solitarios. Retornar a la libertad de un rumbo y un plazo inexistente, de montarme en su ciclo irrenunciable, en su libertad esclava de tiempos ajenos.
Puedo, puedo ir y tomar todo cuando haga falta. Todo sigue en mí. Todo el infinito océano de ganas, libertad y convicción.
(Porque hasta las lagrimas saben a mar.)
Esta noche, el naufragio es de ciudad.