martes, 14 de septiembre de 2010

Brazos abiertos

Arrastro conmigo los mundos, les unto verdes y le planto uno que otro arrayan a los semáforos, Acá también hay sirenas, tampoco las veo, (pero se escuchan odiosamente a toda hora). Arrastro mundos, los mezclo y (como siempre) me invento el mejor lugar donde habitar.
Los días están tibios, y sin pensarlo, ya son calmos como párpados de niños dormidos.
Me enchufo la música en los oídos, pedaleo y me empeño en coincidir sobre las baldosas sueltas de Dumont, click, click, click…(y anoto!).
En las murallas, panfletos de Salo Reyes, el bizco estacionando autos, el cojo pidiendo monedas, y los gigantes del cementerio velando el primer lugar de árboles y silencio que descubrí.
Así son mis días en este Chile que consume mierda por televisión, esconde su inconciencia bajo 700 metros de tierra imperial, y no es capaz de llorar el absurdo de esta injusticia bicentenaria...(al final es lo mismo, asunto de tierras pensaran…)
Asisto a mi lección. Me encierro en una caja de espejos, donde aguardan niños mordidos por las feroces vidas adultas, de donde intentan escapar pintando casas con dientes y brazos abiertos….pequeños héroes de su vulnerabilidad.
Comienzo a mirar, e intento acomodarme y encajar en estas calzadas de pavimentos rotos…las banderas siguen flameando e enviando mensajes…, y yo… esperando despegar y comprender.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Domingo

El café se enfrió entre las mil excusas que bailan en mi cabeza,…me asomo a la ventana, y por primera vez, el verde de esos cerros parece real, …la lluvia de esta mañana les devolvió la humedad y la frescura. Aquí en lugar de bandurrias desfilando tras la lluvia, hay juguetones volantines desperezando este domingo de siesta…., y en lugar de mar, son decenas de banderas las que ondulan en un porfiado trance …

¿será que le envían recados al viento para hacer de nosotros un Chile distinto?....

jueves, 9 de septiembre de 2010

Barbazul

"...Aquel viejo Barbazul era un niño grande. Se construyó una cabaña que tenía una gran ventana acristalada mirando hacia el bosque, para vivir solo y poder escuchar por fin al silencio. Un día que salió por leña se dejó abierta la puerta, y un precioso picaflor que volaba por allí, al ver a través de la ventana la claridad del bosque al otro lado, entró en la cabaña y se tropezó con el cristal donde él creía que solo había aire para volar. El picaflor se mantuvo en vuelo, batiendo desesperadamente sus alas contra aquella misteriosa barrera transparente; nunca se había visto en una así, porque aquella cabaña era algo nuevo y él era muy joven y no comprendía lo que pasaba. El viejo Barbazul oyó este batir y acudió a la cabaña extrañado. Cuando vio atrapado al picaflor, solo tuvo cabeza para quedarse maravillado con su belleza. Se acercó con cuidado y lo cogió entre sus manazas. “Puedo ver por fin un picaflor de cerca”, pensaba, y se sentía feliz. El picaflor, desconcertado, se mantuvo inmóvil mirando al viejo con sus ojos bellísimos, sin decir nada. “Ya tengo un picaflor”, mumuraba el viejo, pero inmediatamente se dio cuenta de su torpeza, porque entre sus manos el pajarillo moriría. De modo que manteniéndolo dentro de su puño izquierdo, apretado contra su pecho para que no volara asustado y sin rumbo, abrió con su manaza derecha la ventana, y extendiendo ahora la manaza izquierda, lo dejó volar libre"....

un cuento de mi amigo Jaime C.
"Por tanta noche, por el sol diario.
En compañía y en solitario.
Ala de colibrí, liviana y pura.
Ala de colibrí para la cura".

Muchas Gracias