Atardecia en Antigua, en sus calles de piedra cubiertas de flores, el pueblo comezaba su via crucis, con una conmovedora devoción las mujeres cargaban al cristo y su cruz. Un coro de hombres, una linea de monaguillos y una chiquilla agitando el incienso encabezaban la procesion. Tras de ellos, lamparas, antorchas cargadas por ancianos, mujeres y hombres, seguidas de Marías, Apostoles y el propio Jesus azotado por Romanos. El cura y sus seminarista guiaban los rezos, y se detenian en distintas casas donde esperaban las familias con sus puertas y altares abiertos, para compadecerse de los dolores del Nazareno.
Guatemala carga la cruz de una cruenta dictadura que recien acabo el 96, con 200.000 muertos, 430 aldeas arrasadas y 667 masacres.
Cuando el cura anuncia que Simon de Sirene ayuda a cargar la cruz, Veronica una Guatemalteca nos invita a cargar la Cruz de palo y levantar las antorchas.
Camine el via crusis de Antigua, sintiendome honrada de ser bienvenida en su pueblo, y sintiendo la deuda de nuestra generación, de no dimensionar, ni denunciar tanta y tanta dictadura latinoamericana que sigue en la impunidad. De no tener la lucidez de leer en la historia que las mismas ansias de esos terratenientes y hombres de muerte, que acribillaron a nuestros pueblos y arrebataron la tierra a los indigenas, Hoy se llama "mercado" y obliga a que esas mismas madres o hijas de los abusados, Hoy cultiven y trabajen, su tierra arrebatada, para seguir enriqueciendoles.
Hay que despertar las conciencias para construir otro mundo posible. Hay que ayudar a cargar las cruces, levantar las dignidades de nuestros pueblos, reconstruir la memoria.