Tiempo de desprenderse, quitarse las invisibles capas sumadas. Tiempo de botar las hojas, cambiar la piel, desnudarse frente al viento, dejar que sople, hable, remezca y movilice. Tiempo de desarmarse de viejos abrigos, mirarnos sin egos, y en humilde honestidad, esperar el libre verdor por venir….
Dejar al viento y a su voz de silencio, renovar los ciclos que nos harán avanzar.
En mareos de otoño, de hojas por caer, y para volar.