lunes, 5 de marzo de 2012

Adelante

Nos soltamos, desatamos la cuerda, ya no hubo nuevas zambullidas.
Estrujamos los pies raíces y atamos firmes los cordones pa poder avanzar. Sacudimos las rodillas, nos limpiamos la tierra, el brote, las ovejas y los faros. Emprendimos a tranco largo  hacia el  horizonte fosforescente lleno de tanto ….(tanto ruido, pendientes, tanto“de otros”…. ). Apuramos el paso a eso “de adelante”, a eso allá, allá en algún punto que ni vimos. ….No se puede apurar  por algo que ilumina pero  no entibia, …. Siempre supe que los horizontes daban llanto y daban risa, no sólo prisa…
Me aquieto, me arriesgo…, me desato los cordones y el apuro,….
Me desnudo para una lenta zambullida….porque sin ir tan lejos, ni tan rápido, aquí, en el fondo, sé que nos encontramos.

3 comentarios:

olo dijo...

Esos zapatos que domestican, limitando la libertad de nuestros pies desnudos, éstos sin raíces todavía pero capaces de brotarlas y hundirlas cuando encuentren aquél sitio que reconocerán como el suyo, donde nos convertiremos por fin en árbol.
Esos zapatos que andan por nosotros, amos de sus esclavos, llevándonos hacia un horizonte en el que no se nos ha perdido nada, aunque quién sabe lo que podemos encontrar.
La necesidad imperiosa de no hacer doble nudo a sus cordones, quedando listos para descalzarnos en cualquier momento, ése en el que, si llega, echaremos raíces.

Nati dijo...

Me dieron ganas de una de esas zambullidas... lenta, tierna y con u flujo inconsistente que te hace pensar y repensar si en verdad quieres salirte rápido... o si es necesario esperar un tiempo más.
Te sigo... me ato los cordones lista para partir y volar a donde se me de la gana, me sacudo lo tanto de otros acumulado por cerros de tiempo y camino rumo al norte. Voy por otra zambullida.

Te quiero infinitamente amiga.

Marcelo Munch dijo...

Volvemos al origen, nos vamos a semilla, está escrito. Don Gonzalo tenía razón.

Cariño enorme.

Marcelo