jugamos a explorar mundos inmensos, ensanchamos toda realidad en ese patagonico y salado horizonte....
El tiempo se extinguía en mi escondite, los ciclos de ovejas nuevas y manzanas dulces marcaban el ritmo. Quebramos nalcas jugosas y reimos el fuego ante una noche clara y lunar....
Por meses, flotamos sobre la línea abierta del mar y el cielo. Nuestra vida, era un verso limpio, sencillo, inmenso.
el mar oscuro y la gris llovizna sobre todo lo palpable, el frío cruzando las manos y los huesos..... El viento ancestral sacudía raíces y ardían las orejas, los árboles reverenciaban su fuerza, postrándose como un anciano frente a un muerto.
Días limpios y amplios, refugiados en el mar como parte de un juego infantil, habitando una dimensión imaginaria y nuestra......
Todo el mar fue el escondite, cielo y tierra, escondidos allí...en ti.
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