La memoria antojadiza vuela a otros tiempos , rescata recuerdos sencillos y cotidianos....
Caminamos por algún barrio bajo ese calor perezoso, masticando frutillas dulces y jugosas. La vida es infinita, amable, tan simple.... puedo verme hasta los pies en sandalias verdes.... libres, río contigo.
(Somos la suma de tantos instantes)
20 años después, no sospechábamos que transitaríamos laberintos internos, silencios complejos, preguntas desiertas, este agobiante encierro de contradicciones....No imaginábamos volvernos acertijos de donde querer escapar... descubriendo de qué misterio estamos hechos.
Años atrás, descalzas, inventabamos sueños y el futuro sabía a todo lo deseado, lo soñado, el mundo paciente, delicioso, disponible, esperándonos.
Habitamos y deshabitamos capas que ni sabiamos traíamos puestas.
Hoy, dentro de los márgenes de ese “mañana”, somos parte de esta gran ironía planetaria, me divierte vernos desesperar, ajustarnos torpemente a la incertidumbre... resistirnos y frustrarnos a este presente sin “futuro controlable”....fracturar los opuestos y rogar fundirlos en una mezcla que vuelva a fluir, a pulsar.
Recuerdo entonces, que eso es la simpleza, caminar distraídamente el mundo, probando frutos jugosos, sabores frescos llenos de novedad, bebiendo la vida con todas las posibilidades abiertas...la tibieza, el verdor, el agua, las golondrinas dibujando hipotenusas...
¿Podremos pactar respetuosos ciclos, reinventar los ritos, vernos la risa, volver a los pasos distraídos y sin prisa?
La reclusión colectiva, fraguará una mejor humanidad? Saldremos desnudos y más honestos de este laberinto ? ...
La memoria antojadiza, ... se descalza, muerde una frutilla y río contigo.
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