“Para que nunca más en Chile”
Este viaje, nos conduce a la memoria. A 50 años de las atrocidades cometidas, urge, no olvidar.
El reconocimiento de nuestra historia, la justicia, la verdad, son los caminos para la reconciliación de nuestro país y la defensa irrenunciable a los Derechos Humanos.
“En Chile, tras el golpe de Estado de 1973, se implementó un Estado represivo que tuvo por objetivo eliminar cualquier amenaza al nuevo orden establecido. Recurriendo a la detención, la tortura, el asesinato y el exilio. Las Fuerzas Armadas y Carabineros mandatados por Pinochet, crearon una política sistemática de violación de los derechos humanos. Uno de los sitios más emblemáticos de la represión fue el puerto de Pisagua.
Pisagua, pequeño poblado costero en la provincia de Tarapaca . Guarda historias de dolor y crueldad, fue organizado como campo de concentración para prisioneros políticos, cerca de 2.500 personas. El campo estaba bajo el control de la 6° División del Ejército de Chile y al mando del Teniente Coronel Ramón Larraín Larraín, sirviendo en él oficiales como Juan Valencia o Plácido Muñoz Faúndez.
La mayor parte de los prisioneros fueron encerrados en las dependencias de la cárcel de Pisagua. Sus 26 celdas (10 de ellas de 2x4 metros), llegaron a albergar a 500 prisioneros hombres. Las mujeres, por su parte, permanecían encerradas en un inmueble vecino al teatro del poblado….
Recién el 31 de mayo de 1990 se acoge la denuncia presentada por La Vicaría de la Solidaridad en el Juzgado de Pozo Almonte, por inhumación ilegal. Encontraron en la fosa 21 cuerpos de prisioneros políticos. La sal del desierto conservó los cuerpos, con sus ropas y con los amarres y vendas con que fueron fusilados. Las claras muestras del impacto de balas acusaron a los mandos militares de la época. “
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