“No tenemos la solución a todos los problemas del mundo en nuestras manos. Pero frente a los problemas del mundo, tenemos nuestras manos”. Teresa de Calcuta. 
Vi el lado más miserable de mi pueblo, me dio rabia y vergüenza, me indignó. Me vi yo misma, aterrada con un palo en las manos para defenderme del miedo, el miedo a ese Chile indiferente e individualista que atropellaba y saqueaba con voracidad, aprovechándose de la vulnerabilidad de las víctimas del terremoto. Vi la muerte, el dolor, el pánico, la angustia…y me asustó este Chile, me horrorizó mi sociedad. (Este Chile tan distinto al de mi mente). Sin embargo, salí de mi miedo, de mis rejas, de mis murallas, salí a hacer lo que sé hacer, Medicina, y entonces, asomó mi verdadero pueblo; apareció la ternura, la solidaridad, el coraje y el compromiso. Aparecieron colegas, paramédicos, administrativos, bomberos, militares, vecinos, todos a ayudar. Ayudar limpiando, cuidando, alimentando, curando, aliviando de tantas y necesarias formas a nuestra gente. Hoy más nunca necesitamos de nosotros, Necesito de ti y tú de mí. Hoy nos vimos al desnudo, de frente y sin máscaras. Hoy Chile mostró sus miserias y sus grandezas. Y este desastre debe llamarnos a la reflexión, a buscar reconstruir no solo el millón y medio de viviendas que debemos levantar, sino reconstruir valores, confianzas, fraternidades. Levantar una sociedad nueva, respetuosa del otro y de la tierra

.
Fuerza Chile, ánimo y coraje, Somos capaces de tanto!!! Y estoy tan segura que el dolor y la muerte, siempre es una oportunidad de vida, vida nueva y abundante.
Vamos Chile, hoy nos levantamos todos. Vamos a regalar sonrisas, abrazos y manos, Ahora es cuando!!!, A levantar esperanzas….!!!!