martes, 29 de diciembre de 2020

miércoles, 28 de octubre de 2020

Frutillas


La memoria antojadiza vuela a otros tiempos , rescata  recuerdos sencillos y cotidianos....

Caminamos  por algún barrio  bajo ese calor perezoso, masticando frutillas dulces y jugosas. La vida es infinita, amable, tan simple.... puedo  verme hasta los pies en sandalias verdes.... libres, río contigo.


(Somos la suma de tantos instantes)


20 años después, no sospechábamos que transitaríamos laberintos internos, silencios complejos, preguntas desiertas, este agobiante encierro de contradicciones....No imaginábamos volvernos acertijos de donde querer escapar... descubriendo de qué misterio estamos hechos.

Años atrás, descalzas, inventabamos sueños y el futuro sabía a todo lo deseado, lo soñado, el mundo paciente, delicioso, disponible, esperándonos. 


Habitamos y deshabitamos  capas que ni sabiamos  traíamos puestas.

Hoy, dentro de los márgenes de ese “mañana”, somos parte de esta gran ironía planetaria, me divierte vernos desesperar, ajustarnos torpemente a  la incertidumbre... resistirnos y frustrarnos a este presente sin “futuro controlable”....fracturar los  opuestos y rogar fundirlos en una mezcla que vuelva a fluir, a pulsar.


Recuerdo entonces, que eso es la simpleza, caminar distraídamente el mundo, probando  frutos jugosos, sabores  frescos llenos de novedad, bebiendo la vida con todas las posibilidades abiertas...la tibieza, el verdor, el agua, las golondrinas dibujando hipotenusas...


¿Podremos  pactar  respetuosos ciclos, reinventar los  ritos, vernos la risa, volver a los pasos distraídos y sin  prisa? 


La reclusión colectiva, fraguará una mejor  humanidad? Saldremos desnudos y más honestos de este laberinto ? ...

La memoria antojadiza, ... se descalza, muerde una frutilla y río contigo.

domingo, 20 de septiembre de 2020

A-cuatica, 6 meses.

Todo el mar fue el escondite.... 

jugamos a explorar mundos inmensos,  ensanchamos  toda realidad en ese patagonico y salado horizonte.... 

El tiempo se extinguía en mi escondite, los ciclos de ovejas nuevas y manzanas dulces marcaban el ritmo. Quebramos nalcas jugosas y reimos el fuego ante una noche clara y lunar....

Por meses, flotamos sobre la  línea abierta del mar y el cielo. Nuestra vida, era un verso limpio, sencillo, inmenso.

el mar oscuro y la gris llovizna sobre todo lo palpable, el frío cruzando las manos y los huesos..... El viento ancestral sacudía raíces y ardían las orejas, los árboles reverenciaban su fuerza,  postrándose como un anciano frente a un muerto.

Días limpios y amplios, refugiados en el mar como parte de un juego infantil, habitando una dimensión imaginaria y nuestra......

Todo el mar fue el escondite, cielo y tierra, escondidos allí...en ti. 




 

jueves, 23 de julio de 2020

Pequeño monte

La memoria tiene contornos ambiguos, tengo 5 años, cambia mi escenario, llegamos a vivir a una casa pequeña de escalera empinada, es la última casa, antes de que la tierra se volviera pantanosa...Pichimavida “ pequeño monte”, está hecha sobre un relleno en una vega valdía, húmeda...inhóspita.
Los recuerdos son flexibles .... y se estiran y encojen a voluntad....
Ese año 1985, tomé consciencia de mí misma y de la infancia....recuerdo al mundo con desconcierto, desconfianza y miedo, un mundo hecho de fronteras incomprensibles, absurdas....
Tengo recuerdos antojadizos, son episodios biográficos breves, apenas instantes... probablemente los más sorprendentes que guardó mi memoria .....

En 1985  comienza la vida en familia, todo después de ese año se hizo más fácil o mas claro.... ese año era confuso.... fue triste, todos estábamos ajustándonos a ser familia, ninguno sabía serlo (teníamos bajo presupuesto y un guión sin escribir, sin pactos ni promesas....) mis padres dejan de ser hijos, dejan las casas de sus padres y comenzamos a vivir juntos...

Amanezco en una cama con arañas de rincón...., el recuerdo no es mío, es desde la voz de mi madre, ...” tu  cama esta llena de arañas de rincón.....” Amanezco a la vida con una familia: con un padre desconocido, una hermana y un hermano. Una madre triste. Todos desconocidos para mí.  
Recuerdo la incomodidad de la mesa nueva del comedor....una mesa redonda, con asientos de plush azul, horrible, con un borde metálico y frío.... recuerdo  el frío de sentarse en esa mesa.... la mesa anterior era rectangular de madera y con cajones, me acuerdo de muchos días, sobre  esa mesa redonda y fría, comer y comer un pavo, o lentejas,....sin ganas de comer. 
Están las manos azules de mi madre y sobre todo su voz, con ese tono sombrío señalándonos sus “manos azules y frías”... sus manos lavando ropa, loza, suelos, y sus ojos dibujando casas y ampliaciones, usando una hoja de gilet como goma de borrar, mi madre encorbada sobre un papel diamante. 
La infancia tiene el tamaño de mi comprensión, tiene por tanto, borrosas fronteras e infinita creación..., ese año... mis Recuerdos son entorno al humedal....
 Camino al patio-humedal.... una culebra repta hacia mí, me paralizo....pierdo la voz y no logro escapar, me quedo quieta, congelada.... la culebra en mi recuerdo, reptó entre mis piernas y me cruzó. Yo no pude gritar......(el miedo)
Hay un niño pobre, hijo de una mujer pobre y delgada, una mujer sin dientes, triste, tan triste y ausente, su rostro es impactante, huesudo.... hoy supongo, un cuerpo enfermo de cáncer, sida, tuberculosis, hambre o violencia .... un cuerpo roto..., la mujer rota tenía 3 hijos:
Su hijo menor, corre feliz con un vestido rojo hasta mi puerta...  corre contento, eufórico, yo sé que algo en ello “no está en orden”, casi nada en ellos parecía estar bien, todo era desolación.... y el niño bailaba y giraba con su vestido rojo....
Mi madre con ternura le dice: “te equivocaste, ese es el vestido de tu hermana, tú debes usar la ropa de varón.... ¿será que tu mamá aun no ha secado tu ropa?“ .... (los colores)

El hijo mayor de la mujer rota, me muestra unos pequeños cachorros de su perra, juego con ellos, los acaricio, y luego el adolescente los mete a un saco. Caminamos hasta el final del patio, tras los muros, amarra el saco con una cuerda y lo hace girar riendo.... al tercer giro los lanza al humedal.....yo veo como se hunden.... no puedo salvarlos.... no alcanzo, no sé nadar, no lo entiendo....
Hay un niño rubio, vive frente a la mujer rota, es uno de los 2 hijos de la madre distraída. Ella siempre grita por auxilio, primero a su hijo pequeño lo atropella un auto retrocediendo, y luego grita porque su niño cae dentro de un pozo, un pozo profundo, frente a la casa de la anciana que vestía cada día de café, en medio de los escombros de nuestra población “Pichimavida” .......
Mi hermano pequeño se duerme sobre el suelo, sobre la tierra, sobre cualquier cosa... un día al jugar en las vegas, cae sobre una bosta de vaca, su padre, mi padre, le pega un palmetazo por ensuciarse.... (yo sé que mi hermano no tuvo la culpa, solo tropezó) la caca es verde y blanda, como un gran pastel.
Mi hermana se ríe fuerte, cuando el escremento cae sobre la hija de la mujer rota .... ríe porque al hueguetear con una barilla la mierda de vaca, a la niña le salpica  en los ojos y en la boca....
Lanzamos piedras sobre los techos de la casa de los niños rubios, yo lanzo una demasiado bajo, y rompo  un vidrio. Siento algo nuevo, me asusto!... suena estrepitoso...después de un silencio, los niños me apuntan y gritan.... yo corro  y ellos corren tras de mi, cuando llego a casa...me acusan con mi madre, y ella les dice “no importa, se compra otro vidrio, acá a nadie se le va a castigar, váyanse a su casa”.
Suena la tetera, y creo que se incendiará la casa, no puedo sacar a mi hermano de la cuna naranja con blanco.... no logro despertarlo, ni moverlo, menos levantarlo.... corro desesperada en pijama buscando a mi madre, corro y no la encuentro.... vuelvo con mi hermano... la tetera suena más y más fuerte.....me preparo para que explote.... llega  mi madre, y el sonido, ese chirrido aterrador, lentamente se  apaga. ...
Estamos en la pieza del 2 piso, los 4, viendo por la ventana, como la perra “Diana”  vota espuma por el hocico, convulsiona, se retuerce, mientras agoniza tras ser envenenada. ... las teorías son varias “vidrio molido, veneno para ratas, y algo tóxico que me imagino azul” .... mi madre nos aparta de la ventana.
Llega un camión gigante, un día cualquiera, y 2 hombres con overol preguntan por “Daniela Salgado”, del camión enorme, bajan una bicicleta para mí.... mi madre firma un papel y ellos se van.... y la bicicleta queda conmigo, maravillosamente incomprensible...
Meses después se la roban a uno de mis hermanos en la villa. 
Hay mas recuerdos, orinarme en la escuela, la rabia de mi hermana, yo en una bacinica controlando mi esfínter: cortando y soltando el chorro de orina, y mi madre diciendo, “ya pues apúrate “, hay  imágenes de muñecas de papel, de un fotógrafo en casa para hacerme sonreír...
De la anciana con alzhaimer, de la madre de Pedrito Quilodran burlándose de que me haya orinado....de elevar bolsas de plástico como volantines.....
Fue raro como comenzamos a ser familia.....
Tu mirada es otra, mas  alta, con más recuerdos, mas referencias.....tiene otras dimensiones y formas... siempre serán miradas distintas....Lo que sé es que de niña, aprendí a sentirme segura dentro de mí.... porque afuera era demasiado impredecible.
No quiero limitarte... ni condicionarte... solo que aprendamos a sumar las perspectivas... sé que así lograremos ver más amplio de lo que alcanzamos por nosotros mismos...



domingo, 14 de junio de 2020

Semilla

Son chicas las cosas inmensas, son invisibles y certeras, tocan hábilmente un punto impreciso que llevamos dentro (que no podemos deliberadamente urguetear)
Son pequeñas las palabras que encienden y descargan algo que nos hace temblar, como una mezcla simple y súbita, algo de original y de antiguo (probablemente la ironía entre sorpresa y nostalgia) 
Son fugaces e inesperadas las sensaciones, encajan justo al invisible punto  donde nos desatamos. Reacciones químicas que encienden ese fermento mágico que nos desborda  y estremece.... entonces la piel palpita, la risa se echa a correr, el brillo sale por los ojos, duele y aprieta algo profundo de lejos  y de adentro, las ganas se multiplican, el tiempo se rinde y la realidad se abre y transforma.
Las maravillas, esas cosas que nos liberan, emocionan y agigantan... 
Son siempre pequeñas e invisibles, las precisas para traernos, regresarnos a la vida. 

Meditar.

Si logro abstraerme del caos, el miedo, la pandemia y sus muertes, la parodia cruel de un sistema político que invisibiliza y reprime el hambre y la injusticia social. 
Si me abstraigo y entro a la cuarentena,
dispuesta a silenciarme, ...aparece un rumor.... un ritmo calmo, (un ritmo que se parece tanto a mi eterna fantasía en la que desaparecían las rutinas y las demandas externas)
En este encierro.... de cara hacia adentro, ejercito mi mente, mi cuerpo.... medito.... entonces “desaparece la cárcel y asoma el templo....” un santuario del tamaño que mi silencio quiera alcanzar.... dibujo entonces al cerrar los ojos, un paño en limpio.... sin propósitos, sin expectativas, sin referencias...... puedo entrar en  mis propias fronteras y cruzarlas. En este tiempo sin tiempo, una sutil certidumbre pulsa dentro. Una energía ligera, suspende mi cuerpo de los acontecimientos y el caos. Me vuelvo un millar de puntitos vibratorios que reconocen su hermandad con la inmensidad, siento paz y amplitud...
Me elevo sobre el miedo, la culpa,  la vergüenza, el dolor, la mentira, la ilusión, el apego....y me sumo a este baile infinito de universo y expansión.....
(Dura apenas unos instantes....)
Pero dentro, dentro queda el rumor... la certeza... de que somos parte de un amoroso infinito 🙏🏼

domingo, 29 de marzo de 2020

Cuarentena...40.

Recibo mis 40 años en Puerto Viejo, una caleta al sur de la costa caribeña de Costa Rica, evoco la calma, calidez  y húmedad de esas tierras Asiáticas de Laos y su río Mecon, una costanera verde, repleta  de vegetación exuberante. Pulsa un ritmo alegre y despreocupado, sin apuro, sin urgencias... la energía es  tranquila, placentera, encantada. Un pueblo afrodescendiente animado y en equilibrio, se ven artesanos, viejos a la sombra de palmeras o bordeando los  botes, reunidos y riendo fuerte, bebiendo cerveza o jugo de coco, su sonrisa es blanca y luminosa “pura vida”,  saludan al pasar, un par de mujeres trenzando cabezas claras, mientras la banda sonora es  reggae.... y marihuana..... 
Transmiten esa energía especial, esa  armonía de los pueblos de agua y calor...

De pronto, como una cortina musical, una intensa lluvia tropical cambia la escena,  refresca la tierra y  limpia el aire. Escampa. De los árboles se descuelgan flores formando  un manto de colores sobre la tierra. Reaparce la orquesta: zumbido, chirrido de bichos y cantos nunca oídos de pájaro celestes, rojos, amarillos. ... 
Respiro hondo, me siento profundamente calmada y Feliz, .... en viaje, ese pulso vivo que golpea de dentro hacía afuera, mezcla de emoción y esperanza....
Termino mi  café recién filtrado y aparece  un colibrí de cola roja sorbeteando el nectar de una flor rosada y gigantesca, la naturaleza es exgerada y fecunda...  me distrae un gato hambriento que se relame por mi desayuno... 40 años de vida.... la  recibo en un punto planetario libre aun de la pandemia y la agobiante incertidumbre que nos espera.... quiero pensar que este respiro profundo, tibio y sin miedo, es un regalo para tomar fuerza para los meses que siguen..... para dejar respirar al planeta, para remirar nuestra humanidad y reorientar nuestros principios, repensar colectivamente como viviremos, bajo que nuevos y solidarios modos y pactos... tiempo para definir quienes somos, que aportaremos para transformarnos y ser  una nueva y hermanada humanidad .....Bienvenidos 40!