domingo, 14 de junio de 2020

Meditar.

Si logro abstraerme del caos, el miedo, la pandemia y sus muertes, la parodia cruel de un sistema político que invisibiliza y reprime el hambre y la injusticia social. 
Si me abstraigo y entro a la cuarentena,
dispuesta a silenciarme, ...aparece un rumor.... un ritmo calmo, (un ritmo que se parece tanto a mi eterna fantasía en la que desaparecían las rutinas y las demandas externas)
En este encierro.... de cara hacia adentro, ejercito mi mente, mi cuerpo.... medito.... entonces “desaparece la cárcel y asoma el templo....” un santuario del tamaño que mi silencio quiera alcanzar.... dibujo entonces al cerrar los ojos, un paño en limpio.... sin propósitos, sin expectativas, sin referencias...... puedo entrar en  mis propias fronteras y cruzarlas. En este tiempo sin tiempo, una sutil certidumbre pulsa dentro. Una energía ligera, suspende mi cuerpo de los acontecimientos y el caos. Me vuelvo un millar de puntitos vibratorios que reconocen su hermandad con la inmensidad, siento paz y amplitud...
Me elevo sobre el miedo, la culpa,  la vergüenza, el dolor, la mentira, la ilusión, el apego....y me sumo a este baile infinito de universo y expansión.....
(Dura apenas unos instantes....)
Pero dentro, dentro queda el rumor... la certeza... de que somos parte de un amoroso infinito 🙏🏼

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