jueves, 15 de junio de 2023

Tacna y sus mafias

 Empiezo a escribir este texto cuando son las 8.04 del día 10/06 y espero al último eslabón de una cadena de corruptos que nos tienen atrapadas en Tacna. 


Esta historia, empezó hace 46 horas. 

46 horas de estrés, miedo, pena, rabia e impotencia.

No habíamos estado ni un día en Tacna y nos robaron. 

A plena luz del día, 10 de la mañana, a una cuadra del centro, en una calle frente a un colegio, con harto tránsito.

Entraron a la Furti y sacaron algunas de nuestras cosas. Llamamos a la policía y cuando llegaron les dijimos la furgoneta no anda, nos cortaron unos cables. Ellos  confirmaron se llevaron la memoria. (La “memoria” es el módulo de motor, es el cerebro del auto, donde se conecta el ramal eléctrico, indispensable para que funcione).

La misma policía en su patrulla nos llevo al lugar donde  encontrar la pieza. Los 8 policías que llegaron nos decían que lo lograriamos. 

Nuestro mecánico de confianza en Chile, Manuel, nos dijo: "sin esa pieza, sin la misma pieza que les robaron, la furgo no anda". 


Han sido dos días eternos, tuvimos que ir a negociar el valor de nuestra propia pieza y pagar un alto precio, por lo que nos habían robado. 

En medio varios hombres (taxistas, 

Guardias) se ofrecieron a "ayudarnos", obviamente cobrando comisión y tarifa que ellos ponen. Unos lo decían abiertamente y otros sutilmente. Y varios de ellos nos advertían; si van solas no lo van a lograr, si las ven chilenas les van a cobrar más...las van a asaltar.

Tanto ellos como la policía y los taxistas decían la pieza está, así funcionan, mañana va a estar “en la rotonda”. No la consiguen hoy porque ese es su modo de operar. Esperan a que la cosa se calme y te la revenden.

 Incluso en el consulado de Chile nos contestaron “Hay que ir a la Rotonda". (La  empresa del delito mas que normalizada institucionalmente, era chocante)


Pasamos la noche nerviosas, estacionadas en una “Cochera” donde llevamos a la Furti en grúa, a una cuadra de donde nos robaron. (Después de rogarles poder quedarnos a dormir allí, porque no lo permiten)


Ayer fuimos en la mañana con un caballero que "quería ayudarnos" supuesto hermano del taxista. Nos dice que nos tenemos que hacer pasar por su esposa y su hija. Absurdo su invento. Nos dice: "Ustedes se quedan un paso atrás, calladas, escuchando. Yo negocio..."

Llegamos a la famosa “Rotonda”, un "mercado" de repuestos, él habla con varias mujeres y hombres preguntando por nuestra pieza. 

Primero le dicen que la pieza no está. Y dicen que si estuviera valdría x. Una exageración de dinero. 

Le decimos a él que no tenemos esa cantidad, le explicamos que no podemos pagar eso. Nos pide que pidamos transferencia a nuestras familias o algo. 

Nos negamos. 

Después de estar una hora más o menos ahí negociando, él se va y nos deja solas, sin antes amenazarnos que nos van a robar. Nos quedamos. 


No sabemos que nos da más rabia, que nos hayan robado, la organización criminal que opera tan deliberada e impunemente, o tantas personas intenten aprovecharse de la desgracia ajena. 


Decidimos ir nosotras a negociar con las mujeres. Hablamos con un par y otras ni nos respondían. (Les parecíamos sospechosas) 

Finalmente dimos con una que estaba dispuesta a contactar a alguien que podría tener nuestra "memoria". 

Nos dijo que volviéramos en un par de horas, que y habíamos hecho demasiado ruido (Ellos en la sombra y ellas tras el mostrador ponen las reglas).


Teníamos que juntar el dinero que habíamos acordado con ella y "confiar" en que el modo operandis que todos decían que funcionaba, fuera cierto. 

Nos llamó: "la conseguí". 


Llegamos a la hora acordada, 14:00 hrs, Hablábamos con la chica y su pequeño niño de 4 años, hasta nos reímos con ella en algún momento... era sorprendente la inconsciencia de que cada uno/a de los/as que participaban en esta cadena, cada uno de ellos y ellas, nos robaban.  Tuvimos que entregar el dinero (mucho) y esperar una hora, hasta q llegó, al llegar nos hicieron caminar por unos puestos viejos y entrar a una especie de galpón con escombros, donde estaba en una bolsa.  Aparentemente era la nuestra. 


Tener la pieza en nuestras manos fue un alivio y la mujer nos garantizaba que el electricista que ella misma nos consiguió, nos la dejaría funcionando. No sabemos por qué pero confiamos en ella. (Probablemente porque no había mas alternativa) 


Después de lo vivido, hemos hablado con una decena de hombres y mujeres lugareños que nos cuestionan que por qué no cuidamos nuestras cosas, que por qué no estacionamos en un parking, que por qué viajamos solas... También hay quienes culpan a los venezolanos y migrantes que han llegado (tan parecido al discurso en Chile y en España). Nos irrita el que la culpa sea de otros/as, sin cuestionar la necesidad de un cambio cultural. Obviamente roban en todos lados, obviamente hay que ser precavidas... Y lo somos. Y obviamente no viajamos solas, viajamos juntas. 


La policía dice que la denuncia puede tardar meses, que nosotras tenemos que presentarnos, que si no, quedará en nada. 

Sabemos que no llegará a ningún puerto. Y es tan fácil cerrar la cadena…. Pero hay un negocio redondo montado. 


Solo esperamos que nadie más tenga que vivir esto, que nadie más se sienta de Rehen en Tacna. 


Tacna tiene todo el potencial para ser un lugar bonito como escribimos al par de horas de llegar a esa ciudad. 

No nos llevamos el mejor recuerdo de ese lugar, pero esperamos reconciliarnos con lo vivido, poder pasar este mal capitulo del libro y seguir. No queremos dejarnos vencer por el miedo, no queremos perder el espacio, ni llenarnos de desconfianza.

Si nos tenemos que volver antes... Que sea por otra cosa, no por miedo.

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