domingo, 6 de diciembre de 2009

Contrastes

La mezcla se vino así; los lluviosos cielos chilotes se volvieron de un rabioso sol. (por falta de ozono, por calentamiento global, por el humano irrespeto a la tierra y a sus ciclos), las nocturnas calles tranquilas de castro, se volvieron un desfile de borrachos, vidrios rotos, orina y vómito.
El contraste se vino así, con injustificados e injustos “términos de contrato masivo” de trabajadores y compañeros rurales como yo (amparados por el marco legal evidentemente), y del anuncio que “mi sueño de niña”, se hacía realidad; (Sí, soy la seleccionada para ser pediatra en la Chile).
La mezcla se vino así, un festival de documentales dentro de una iglesia patrimonial repleta de extranjeros, aplaudiendo en una pantalla gigante la historia de sacrificio de los “Cipreceros”: hombres y mujeres del Chiloé ignorado, que del monte y hasta el mar, talan y arrastran cipreses a pulso, para venderla en las ciudades. Cipreceros, padres de mis niños del fin de mundo; de Aron, Jocelyn, y Emilia, de mis niños de Inio, que por escasas chauchas se descrestan para armarle el Tantauco a Piñera-piraña. (Claro que el documental, no especificaba quien les compra la madera)
La mezcla se vino así; viendo y viéndome, cómodamente sentada, entre ajenos de rubias cabezas, frente a una pantalla gigante, en una “pintoresca” iglesia patrimonial chilota, lamentando la historia, de esos…esos seres que son de tan lejos y que no existen cuando se prende la luz del teatro. Esos, que han sido mis pacientes, y he sido su médica en estos últimos 4 años, esos, que confían en mí, y de los que me siento parte.
La mezcla se vino así, de opuestos, de contrastes y de radicales cambios,…de saber que se cumplió un ciclo, y sí debo partir, y que estos signos en medio de un convulsionado Chiloé inventado por turistas y mercado…es el augurio, del urbano mundo al que pronto debo volver….
(Mi chico mediano, y lo pienso y lo pienso, Y el “susto” que me atormenta, que me quita el resuello y me fatiga, …el “susto” que me nubla las vistas, y me oprime de la arteria al corazón”… es que no quiero dejar de ver lo esencial, lo profundo, lo importante, lo simple, lo bello, lo que ésta tierra y esta gente, este sur de contrastadas mareas, mezclas y dolores, me han enseñado a reconocer, a defender y amar)








10 comentarios:

Soledad Burgos dijo...

Es impsible querida prima que dejes de verlo, porque sería dejar de ver...las tormentas y buenos soles no cambian, se traladan de lugar. Chiloé seguira siendo un buen norte para tus futuros sures.
te quiero..
orgullosa de ti siempre.
Andrea

campesina dijo...

precioso lugar, me encantó este archipiélago lluvioso y tu historia de amor con él.

yo, por el momento, busco tiempo y calma para volver, aquí y a otros lugares de luz.

saludos cariñosos

Rodrigo dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=CuJDPG9zR8M

Beso!!

Anónimo dijo...

Tal como te lo planteaste, la pediatria será tu próximo paso. Los sueños y la incertidumbre son temas que trascienden (des)afinidades o circunstancias. Por aquello que tenemos en común, me alegro que tu ciclo siga su curso.

Amaranta dijo...

La mezcla se vino intensa... pero usted sabe sacarle el mejor lado...
Su clara y luminosa mirada, siempre nos llena de vida y luz... siempre nos lleva a la profundidad... pq su mirada es redonda y profunda

Cariños mil

canastafamiliar dijo...

nicagaaaando lo dejai de ver po!!!

pero también vealo en su familia (y no lo digo por mi, ni por tus padres ni hermanos, ni por nadie en particular, sino por todos), y ojalá con tanta fuerza como con los niños de inio, eso también es simple.

y te felicito po, esperemos que el depto sea grande para mi, amelia y juguetes.

y eso de que la weaita "vino pa acá" y despues "vino pa allá", me dejó con ganas de tomarme un vino contigo; total no es ilícito.

chao prima del poto.

Abriles dijo...

Niña!
tomas muy muy buenas fotos!
ya quisiera esa chance

Sándalo dijo...

Una cómoda empolvada en el fondo de la pieza. El tercer cajón de madera guarda un gran secreto de la infancia, el olor de su madre duerme en el pañuelo blanco, bajo las bufandas de lana. Migración sensorial desde el sur, el vacío de una mega ciudad saturada de soledad se llena con memoria y poesía, una ranchera o un vals chilote murmurando, en la vieja radio de la ferretería que está frente a la facultad. Rincones vivos que fuimos construyendo como buenos carpinteros isleños, desde el día que también tuvimos que partir y dejar nuestra alma en los bosques de alerce, ciprés y coigüe. Música de las bandurrias que pasan en los bares de la Alameda, atardeceres con los botes que vuelan en las noches de luna. Nostalgia que se transforma en sonrisa cada vez que se escucha el mar, identificamos esos pañuelos del sur, con el aroma vivo de los archipiélagos en medio de una inmensa ciudad. No temas, siempre hay personas con los ojos limpios que navegan en Santiago, esos ojos que se esculpen con la lluvia del sur y que siempre te abrirán sus puertas al ver un espejo en tu mirada. No olvides los secretos, ellos iluminarán tu camino los días de smog. Yo siempre llevo un trozo de madera en el bolsillo. Volar!

Anónimo dijo...

Te amo. Y amo poder amarte en la soledad y anonimato que me entrega este medio, pues las circunstancias no están ni lo estuvieron nunca. Me demoré una noche en sentir que eras la persona más inteligente y adorable y una mañana en olvidarlo. Sin embargo, de cuando en cuando reincido en mi delito... mi voluntad termina cuando inicias tu discurso, mataria por tener tu verborrea intensa. Falta tanto, siempre falta... todo lo que a usted le sobra, por acá simplemente falta.
Gracias por perpetuar tu esencia en este blog, y gracias por darme el placer de encontrarte, cada vez que quiero buscarte.

José Bustos Barra dijo...

esa onda..jejeje...