jueves, 31 de octubre de 2013

Débil del alba

"El día de los desventurados, el día pálido asoma
con un desgarrador olor frío, con sus fuerzas en gris,
sin cascabeles, goteando el alba por todas partes:
es un naufragio en el vacío, con un alrededor de llanto.

Porque se fue de tantos sitios la sombra húmeda, callada,
de tantas cavilaciones en vano, de tantos parajes terrestres
en donde debió ocupar hasta el designio de las raíces,
de tanta forma aguda que se defendía.

Yo lloro en medio de lo invadido, entre lo confuso,
entre el sabor creciente, poniendo el oído
en la pura circulación, en el aumento,
cediendo sin rumbo el paso a lo que arriba,
a lo que surge vestido de cadenas y claveles,
yo sueño, sobrellevando mis vestigios morales.

Nada hay de precipitado ni de alegre, ni de forma orgullosa,
todo aparece haciéndose con evidente pobreza,
la luz de la tierra sale de sus párpados
no como la campanada, sino más bien como las lágrimas:
el tejido del día, su lienzo débil,
sirve para una venda de enfermos, sirve para hacer señas
en una despedida, detrás de la ausencia:
es el color que sólo quiere reemplazar,
cubrir, tragar, vencer, hacer distancias.

Estoy solo entre materias desvencijadas,
la lluvia cae sobre mí, y se me parece,
se me parece con su desvarío, solitaria en el mundo muerto,
rechazada al caer, y sin forma obstinada."

Neruda

4 comentarios:

olo dijo...

Neruda es uno de los grandes poetas y “Débil del alba” un poemazo. No hay un discurso lineal en su lenguaje, el poema es un todo, puedes leerlo circularmente, del principio al final al principio al final… y no deja de sobrecogerte, al contrario, en cada vuelta descubres algo nuevo, no con tu razón, sino con tu sentimiento. Si lo usas así, como si fuera un molinillo tibetano de oración, terminas leyéndote a ti mismo, a todo eso profundo que llevas escondido entre tus pliegues. También puedes sumergirte en frases sueltas, “sobrellevando mis vestigios morales”… “un desgarrador olor frio”… “lloro en medio de lo invadido, entre lo confuso”… y cada una de estas zambullidas lo es en una laguna misteriosa cuyo fondo nunca llegas a ver. Neruda te regala su poema, a ti su lector, para que lo hagas tuyo, lo reconstruyas incorporándolo a ti mismo. Eso te enriquece, te da forma, te ahonda, te ilumina.

canastafamiliar dijo...

ola
como estay
yo muy bien gracias

podríais enviarme un telegrama
acá el ferrocarril volviendo a la marcha
la posguerra ha sido dura pero no falta el pan

estoy en una cabina, y se me va el tiempo
saludos

Daniela dijo...

El tiempo no se va, nosotros nos envejecemos en el. Cada amanecer es perfectamente distinto. Que útiles son los horizontes.

olo dijo...

Cada individuo humano es una colección de relojes. El corazón funciona como un reloj de arena, el miocardio tiene un máximo de pulsaciones posibles, cada pulsación es un grano de arena que cae del futuro al pasado, acercándonos a la muerte. El cerebro es un reloj digital, sus memorias son capaces de ordenar nuestras vidas en una inmensa colección de antes y después. Para colmo, cada una de nuestros miles de millones de células, y en ella cada uno de sus cromosomas, tiene sus relojes teloméricos. Así que estoy de acuerdo contigo, cada uno de nosotros es, ante todo, tiempo, estamos empapados de tiempo por dentro.