jueves, 3 de abril de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Navegando por los canales chilotes
“Digo cualquier cosa, y después olvido. Tú lo sabes —sonríes—, pero yo sigo a tu lado en la desesperación que te procuro”
Marguerite Duras
“Conquistar la libertad es conquistar la sencillez. Al final con una línea, con un color basta para hacer el cuadro”
Ande con mañita almita mía
No vaya ser que me la aporreen por ahí
Ande con cuidado corazón mío,
no vaya a ser que tanto amor
me le haga daño corazón,
me le haga daño corazón
me le haga daño corazón
A esta torcacita
se parece esta alma mía
llena de tanto dolor
ojala y el nido que ella encuentre
este muy cerca de tu voz
este muy dentro de tu voz,
muy dentro de tu voz
Almita mía torcacita,
cantando dentro de otra voz
hay corazón mío hace tu nido
dentro de otro corazón
hay dentro de otro corazón
hay dentro de otro corazón
Si es que esta tristeza
encuentra luz estando
dentro de otras voz, corazón
ojala que cuando cantes tú
puedas oír también mi voz
puedas oír también mi voz
puedas oír también mi voz
Almita mía torcacita,
cantando dentro de otra voz
hay corazón mío hace tu nido
dentro de otro corazón
hay dentro de otro corazón
hay dentro de otro corazón
hay dentro de otro corazón
3 comentarios:
Prima
tienes la increible capacidad de tomar prestados pequeños fracmentos que arman historias gigantes...
Así me siento hoy:
Que el fin del mundo te pille bailando,
que el escenario me tiña las canas,
que nunca sepas ni cómo,
ni cuándo,ni ciento volando,
ni ayer ni mañana.
besos.
Muchos fríos amaneceres montevideanos me han encontrado con las manos empecinadamente congeladas, dolorosamente agarrotadas, prendidas de algún barrote de ómnibus repleto, con gente de cara gris y larga.
Puedo recordarme con meticuloso detalle. Estoy ahí. Intento interponer un resto de la manga de mi saco entre la piel y el helado metal. Flexiono repetidamente los dedos de mis pies luchando para dominar ese incómodo hormigueo. Busco calentar mi nariz resoplando aire con olor a pasta dental que inunda una bufanda que me llega casi a los ojos. Veo el vapor de mi aliento.
Intento templar mi espíritu, domesticar mi mal humor y combatir el desgano.
Tengo una fórmula, hace tiempo que repito ese truco y no fallo. Me quedan 20 minutos de viaje para ejecutarlo.
Los audífonos del mp3 cantan. Yo no me inquieto, sé que se acerca el punto de inflexión pues conozco el orden lógico que sin intención impuse. Entonces empieza la magia, yo susurro sin vergüenza hasta la última palabra:
“Al final de este viaje en la vida quedarán
nuestros cuerpos hinchados de ir
a la muerte, al odio, al borde del mar.
Al final de este viaje en la vida quedará
nuestro rastro invitando a vivir”…
linda sara, linda y esquiva alma, misteriosa y esquiva alma.
te quiero.
Publicar un comentario