miércoles, 9 de abril de 2008

Confesiones

Era como cada tarde, como fueron todas esas tarde de lluvia en el azul hospital, yo lo presentía, mis tripas y mis orejas lo presentían, era justo después del ruido de la llegada de las madres a visitar a sus enfermos. Entonces, el bullicio de visitas y cariños, se cerraba junto con la puerta, yo entraba, me sentaba, con la semi sonrisa tatuada, los ojos más abiertos, y la permanente inquietud, esa incómoda, y a la vez grata sensación, de vértigo y ansiedad, esa mezcla que viene cuando eres invitada a una historia desconocida, y de rompe y raja resultas ser la protagonista, esa extraña sensación de vanidad y desconcierto, porque sabes, que no es tu historia la que buscan comenzar. Se cerraba la puerta de la pequeña sala al final del pasillo, se callaban los ruidos, y yo diminuta y gigante, me sentaba ante la mesa de hospital. Usted servía dos cafés, siempre en esas ridículas tazas que al tercer sorbo desaparecían, entonces, ….comenzaba su confesión… yo en silencio me levantaba y preparaba, un segundo, tercer y cuarto café, en esa época encendía cigarros, (hace años que los dejé, creo que al final de ese mismo invierno). Nunca fue necesario decir nada, Usted, siempre adivinaba y contestaba sus preguntas imaginando acertadamente mis respuestas.

Recuerdo con extraña nostalgia las tardes lluviosas de hospital, extraño quizás, el vértigo que traía su honestidad.

9 comentarios:

Lanzarote dijo...

Soledad, Tú ¡Que genes más admirables!
Saludos

Lanzarote dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Marcelo Munch dijo...

Me llenaste de nostalgia, por esas islas, por esas aguas, por esas pausas silentes que lo dicen todo...

Y esas fotos tuyas de una belleza pasmosa, de verdad son un documento rotundo.
Te estoy agradecido.

Marcelo

kany dijo...

Donde tai viviendo,Dany?

kany dijo...

la pregunta es...pq la sole y yo queremos un vinito o roncito contigo...jajajaj
besos
linda

Soledad Burgos dijo...

Quién era USTED?
está lloviendo prima y huele a cemento...
besos

Rodrigo dijo...

Tal vez lo mágico de una confesión silenciosa sea escucharnos a nosotros mismos, sinceros al fin… si compartimos y nos escuchamos como nos escuchan no es difícil adivinar las respuestas.

Anónimo dijo...

creo saberlo "el quién".... ha regresado o lo has ido a buscar?...

mario dijo...

http://www.goear.com/listen.php?v=16a04dc

http://el-pinguino.blogspot.com/2008_02_29_archive.html

dos link, una bellota y tazas de té de bergamota

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