sábado, 5 de julio de 2008

Infancia

Le llegaba apenas un poco más arriba de la cintura, caminaba sujeta entre su falda y su delantal, parecía su sombra, silenciosa y constante, siempre a su lado…
Las mañanas de mis veranos partían en su cocina a leña, me servía la leche en los posillos de madera (con mucha nata), asegurándome que eran los mismos que usaba Heidi.
Luego bajábamos al campo, mis juegos era quebrar la escarcha del agua de los patos, darles trigo a las aves, recoger las bellotas para engordar los cerdos. Ir a la huerta, sacar la verdura; sintiendo ese olor a albaca y a tomate en la mata, todo amarrada de su vestido.
Me dejaba comer las frutillas más grandes y ver películas de terror. Me hacía recoger los huevos y entrar las gallinas. Me contaba como nacían los animales, y peinaba con limón mi cabeza. Fue ella quien me mostró por primera vez la naturaleza; como nace la vida de dentro hacia fuera en un cascaron, y el color y la temperatura de la sangre al degollar una gallina….”así de caliente es tu sangre Daniela”, mientras humeaba un rojo brillante en los últimos aletazos del animal.
Ella, es mi Lela, (sólo “Lela”, porque “abuela” es para las viejas!) Con la que bailaba vals en cada encuentro en el umbral de su cocina y quien me enseñó a no tener miedos, excepto, a las lagartijas….pero para ser original, yo elegí temerle a las culebras y a los temblores.
Te quiero mucho Lela Flor, mucho.

6 comentarios:

Rodrigo dijo...

Claro, es natural… ayer estabas tan cansada y entonces hoy: LELA. Y con esa pequeña ventanita a tu infancia entendí un poco más todo, y claro, es natural… seguro sabes tejer, sabes bordar, y sobre todo sabes abrir la puerta para ir a jugar. Seguí abriendo esa puerta y seguí jugando porque en tu juego gana esperanza el mundo. Yo gano esperanza.
Y sabes que? Yo también voy a querer mucho a tu lela Flor. Entonces mandale un abrazo muy grande de mi parte.
Y también un abrazo muy grande para vos.

Rodrigo dijo...

Me acorde de una canción:

Canción infantil
(Joan Manuel Serrat)

"Y bueno, pues,
un día más
que se va colando
de contrabando.

Y bueno, pues,
adiós a ayer
y cada uno
a lo que hay que hacer.

Tú, enciende el sol.
Tú, tiñe el mar,
y tú, descorre el velo
que oscurece el cielo,
y tú, ve a blanquear
la espuma y la nube,
la nieve y la lana,
y tú, conmigo a cantar la mañana.

Tú, a dibujar
el trigo y la flor.
Tú, haces de viento,
dales movimiento
y tú les das color.
Tú, amasa los montes.
Tú, al pozo a baldear
y tú, conmigo y el gallo a cantar...

Que hay que empezar
un día más.
Tire pa'lante
que empujan atrás.

Y póngase el calcetín, paloma mía,
y véngase a cocinar el nuevo día.
Todo esta listo, el agua, el sol y el barro,
pero si falta usted no habrá milagro.

Si le falta usted
a un mundo enfermo y con canas,
quién va a hacerle la cama
y quién le peinará la frente
y quién le lavará la cara.
Si falta su risa
para echarlo a andar.
Venga conmigo y el gallo a cantar".

Anónimo dijo...

Como sintonizan los locosssss te das cuenta?
Que buen tema!!!

canastafamiliar dijo...

Muy bonito, pero la lela me dijo que queria ver las noticias primero, así que ahi le veolveré a hacer la invitación.
Yo voy a escribir un cuento que se llamará "El Revenque de mi Abuela"..jajajajaja.
No No.

Chau prima, nos estamremos cybervisitando.

pd: albahaca, con H. (detalle oligofrénico)

kany dijo...

Pucha, si todos hubiesemos tenido una Lela así,el mundo sería taaaaaan lindo!!!
besos

Amaranta dijo...

Inevitable fue que intempestivamente se nublara en mis ojos y viniera una lluviecita de invierno altiplánico en ellos... definitivamente tu ves, escuchas y presientes... y sorprendes-me!!!...
Recorro tu historia desde mis emociones... tan cercanas a tu transitar... y se me agolpan mi historia y mis recuerdos... y se me vienen al corazón millones de imágenes que me acercan a la vida, a la naturaleza... a tantos aprendizajes que viví -también- atrapada entre el delantal y el sombrero tejido de mi abuela... ("la mamita", que era mi manera de nombrarla, pq ciertamente “abuela” es para las viejas!, je).
Ella me llenó de respeto y amor por la tierra, me enseñó de la humildad ante la vida pero también del orgullo que nos da la simple honestidad, y me legó una buena cuota de rebeldía pa doblarle la mano a las inclemencias... me regaló tanta sabiduría, tanta... ella, siempre hizo de su vida una de las mejores lecciones de la mía...
Me invaden ese olor a leña de mañana y la mezcla con los sabores y aromas del reponedor almuerzo de la tarde, que eran su diario regalo... No puedo evitar verla junto a los canastos que siempre cargaba repletos del fruto del esfuerzo y el cariño... o recordar su humor tan lleno de una dulce ironía… o verle preocupada y cariñosa con sus animalitos... y esa seguridad que me daba el siempre tenerla cerca...
Quizas es por esto que hoy se me cuela la pena… porque le extraño con tanta intensidad como le vivo... día a día… Hace dos años vino la muerte a reclamarla... “cancer”, dijeron los médicos... yo creo que el dolor de ver su tierra un tanto abatida, de ver su casita en ruinas (dps del terremoto del Norte)... de sentir un tanto mas pesada la vida y mas largas las distancias... algo deben haber aportado a su partida...
Tanto amor y "sapiencia”... tanta vida... tanta “mamita” que me hace falta...