sábado, 19 de julio de 2008

Sincronizar

Antes de ese paréntesis, y después de él, todo en su vida ocurría según lo previsto, no había gestos, lugares ni sabores al azar, todo estaba predicho en su interior, por alguna extraña “sustancia” que le anticipaba los hechos.
Los encuentros, los lugares, las confesiones ocurrían en un orden exacto al que ella suponía ocurriría, así fue durante toda su historia (exceptuando el paréntesis). Era una especie de intuición, que con el pasar de los años, se volvió un hábito. Decidió aceptar con calma los ritmos vitales, pues para su interior, los hechos tenían un orden, que uniéndolos, traían, tarde o temprano, un sentido. Ella, sólo sabía sincronizarse al destino, como una pieza que a cada minuto se transformaba para volver a encajar.

Años tarde me di cuenta que no había sustancia mágica, ni poderes adivinatorios, era simplemente, que todo cuanto sintió, lo vivió como un regalo para el hoy, o un paso para el mañana.

4 comentarios:

Amaranta dijo...

cómo aproximarse a tanta sabiduría?... cómo llegar a "aceptar con calma los ritmos vitales, y lograr que en el interior, los hechos tengan un orden, y al unirlos, traigan, tarde o temprano, un sentido...?"
Bella sincronía... bella

Rodrigo dijo...

...Y las causas la fueron cercando
cotidianas, invisibles.
Y el azar se le iba enredando
poderoso, invencible...

Soledad Burgos dijo...

En septiembre se va prima,,así que empecemos nomás a organizar la despedida
un beso
te quiero mucho

canastafamiliar dijo...

era mejor ser estudiante